
Ahora he encontrado el momento para dedicarme por entero a Lieneke, y no es que no hubiera merecido la pena antes, sino todo lo contrario. Cuando conocí los primeros minutos de esta pequeña, un mundo de sensaciones inmensas se avecinaba y no estaba preparada para vivirlas en plenitud.
Ese momento ha llegado y espero vivir esta historia con la dignidad que ella se merece.
Como siempre, mientras llegamos a obtener ideas propias interesantes, información sobre esta historia.
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